domingo, febrero 24, 2008

Editorial Marzo 2008

VES, QUERES, TENES


En la primavera de 2007 apareció en los medios una campaña publicitaria de una tarjeta de compra cuyo slogan era: "Ves, querés, tenés... ". Con gran despliegue gráfico tenía a su vez su complemento en la televisión., donde se mostraba a un adolescente que soñaba con una guitarra eléctrica la cual finalmente tenía en sus manos y en el instante en que iba a empezar a tocarla aparecía otro joven con otro producto, un juego de realidad virtual, que despertaba su atención y provocaba el automático desinterés por la guitarra que era arrojada al suelo.

Testimonio cabal de la sociedad de consumo, nos recuerda las advertencias que en su día ya nos señalaba Eric Fromm en sus libros "Revolución de la esperanza" y "¿Tener o Ser?" acerca de la necesidad de promover un consumo humanizado, sano para responder al creciente y enajenante desarrollo del "homo consumens".

Este homo consumens bien podría representarse con la paráfrasis cartesiana que da título al libro de Joan Torres I Prat: "Consumo, luego existo ", para situamos en la magnitud del equívoco que implica esta orientación.

Es la orientación del tener opuesta a la del ser (E. Fromm) que anida en la creencia de que el logro de nuestro ser se debe al aumento de la capacidad adquisitiva. Más se tiene más se es, el sentido de la existencia va ligado a la acumulación de bienes materiales.

Predomina un actitud de incorporación, tener "eso", tener más, y cabe ampliado al deseo de tener placer y poder para así lograr el bienestar.

En la obra de Víctor Frankl encontramos un esclarecimiento acabado acerca de semejante equívoco.

El sentido de la vida lejos está de encontrarse a través del tener cosas, o de alimentar la voluntad de placer o de poder; muy por el contrario, este camino por seguro ha de desembocar en un profundo vacío y frustración existencial.

Para el creador de la Logoterapia es la voluntad de sentido lo que mueve al ser humano ("El hombre en busca de sentido '') y destaca que el sentido se descubre y se encuentra en la realización de valores.

Los valores de creación, vivenciales y de actitud abren el abanico amplio de posibilidades a través de las cuales el hombre puede encontrar genuino sentido a su vida e incluso convertirla en tarea, cuando no en misión.

Qué lejos estamos de la voracidad del tener cuando pensamos con Frankl que aún en el sufrimiento y la actitud que se tenga ante el mismo se puede, plenamente, darle sentido a la vida.

Claramente nos resituamos en la orientación existencial del ser y el movimiento es de salida de sí, de autotrascendencia, de entrega a la tarea, a la obra (valores de creación) o al amor (valores vivenciales) o incluso al sufrimiento con sentido (valores de actitud).

Por ello, volviendo a la publicidad que suscitó esta reflexión podría cerrarse aquella secuencia que aparentemente llevaría al bienestar completándola así: "Ves, querés, tenés... seguramente frustración y vacío existencial".

Enrique Adúriz.

Lic. en Psicología.

CLAE. UCA

Mail: enriqueaduriz@hotmail.com